“Violadores por naturaleza
(del Estado de Derecho, entiéndase), irresponsables y mentirosos (la mayoría),
prevaricadores y malversadores de caudales públicos (algunos), ignorantes,
inútiles y carentes de vergüenza... ”
Así
los hemos calificado desde El Tercer Lado y así son conocidos porque ese ha
sido su comportamiento. Esta ha sido la seña de identidad, la marca partidaria
de un no escaso número de dirigentes políticos de la Junta de Andalucía...
hasta ayer.
Hoy,
novedosas investigaciones científicas y los recientes datos que de ellas se
derivan anuncian el fin de tan repugnantes comportamientos. ¿Cuándo ocurrirá el
cambio? Desde el mismo momento en que se produzca la previsible investidura de
Susana Díaz, actual presidenta en funciones. Todo indica que ésta, con una
adecuada “puesta a punto” y tras del “rodaje” de la anterior legislatura “en
prácticas”, romperá con todo y con todos... hasta con la herencia recibida. Y
para que apreciemos su firme voluntad “política”, naturalmente, a continuación
se transcribe el decálogo de medidas que adoptará la Administración de la Junta
de Andalucía a partir de ahora:
1.
Para
ejercer cargo público no bastará con ser uno de los nuestros, familiar o
persona de confianza del partido. Será necesario, además, acreditar que se está
en posesión de las competencias y formación adecuadas para ejercer el puesto
específico a desempeñar.
2.
Se
acabó la ineficacia y con ella el despilfarro que supone. Se primará con la
justa “productividad” -que será pública, naturalmente- la buena o mejor
gestión. En concreto, la rapidez en la toma de decisiones tendrá especial
repercusión (80%) en el montante total de la valoración del rendimiento.
3.
En
el área de Personal se procederá a un profundo cambio de las estructuras (RPT y
Catálogos), que irá acompañado de la adecuación de los recursos materiales y
personales necesarios para ello, porque “nosotros” sí que somos conocedores de
su adscripción y número. Es bien sabido que el hecho de que las organizaciones
sindicales no hayan podido obtener documentación sobre la situación actual de
la Función Pública a pesar de haberlo solicitado reiteradamente, se debe a que
no han sabido expresar con exactitud su demanda de información.
4.
Dado
el absoluto desconocimiento que se tiene en el ámbito del Patrimonio, se
procederá a elaborar un exhaustivo inventario que recoja tanto el mobiliario en
uso, como los cientos y cientos de bienes muebles que actualmente se encuentran
dispersos en almacenes guardamuebles, así como en garajes, sótanos, almacenes y
otros locales de la propia administración andaluza, los cuales no reúnen las
mínimas condiciones para su depósito. Simultáneamente se llevará a cabo una
auditoría por personal funcionario dependiente de la Dirección General de
Patrimonio, para tratar de averiguar por qué su número disminuye paulatinamente
sin explicación alguna, coincidiendo o no con los distintos traslados de
organismos que periódicamente se producen. Una vez elaborado este inventario se
pondrá especial énfasis en dar un uso adecuado al “mobiliario de gran valor”,
adquirido para decorar los despachos de los nuevos altos cargos y que, por
“cuestión de gustos”, nunca fue utilizado. Esto mismo se hará con el mobiliario
nunca usado y adquirido con el único fin de “ejecutar la totalidad del crédito
presupuestado”.
5.
Los
intereses generales primarán sobre los de partido y, de acuerdo con lo recogido
en el apartado 1 de este decálogo, los dirigentes políticos a partir de ahora
tendrán prohibido dar continuas muestras de ausencia de responsabilidad y de
absoluta incompetencia. ¡Se acabó el clientelismo, concluyó el nepotismo,
desaparecieron por fin los funcionarios desmotivados!
6.
Para
la adjudicación de las plazas convocadas por “libre designación” (niveles 28 y
30) se penalizará hasta un 40% la evidenciada (natural o forzada) permisividad,
la demostrada sumisión, la manifestada docilidad y el “mirar hacia otro lado”
de los futuros solicitantes. Por contra, se primará a los que acrediten haber
recurrido actos de la propia Administración de la Junta de Andalucía (1 punto
por acto recurrido, hasta un máximo de 30 puntos).
7.
Se
paralizará la creación de nuevos “entes” cuya única finalidad consista en
emplear políticos en decadencia, amortizados o a punto de jubilarse.
Paralelamente se procederá a evaluar, respecto de su posible supresión, los
entes “problemáticos” e incontrolados en el gasto que han tenido como única
función fagocitar al conjunto de la Administración andaluza. Además, en todos
los casos, los órganos responsables cumplirán con la obligación de controlar y
evaluar el funcionamiento de las entidades ya creadas, poniéndose especial
énfasis en comprobar la ejecución de las políticas y servicios encomendados.
8.
La transparencia y la lucha contra la corrupción
serán la marca de identidad del nuevo gobierno. Para ello, también en línea con
la voluntad de incentivar la mejora continua, se procederá a la elaboración de
manuales de procedimientos y a la simplificación de los ya existentes, tanto en
los servicios generales como en los sectoriales. Se acabaron las islas, islotes
y reinos de taifas. La realización
de las mismas tareas requerirá la utilización de idénticos procedimientos. Con
la implantación y obligatoriedad de utilizar los procedimientos que se establezcan
en cada caso, además de prestarse un mejor servicio, conseguiremos un
importante ahorro.
9.
Como
reconocimiento al buen hacer y profesionalidad de los miles de empleados
públicos -gracias a los cuales la Administración de la Junta de Andalucía ha
funcionado y funciona todavía con unos mínimos de calidad, incluso con un
gobierno en funciones, o quizá por ello- se paralizará, de forma inmediata la
contratación de nuevas Asistencias Técnicas y otros tipos de contratos cuyas
tareas puedan ser desempeñadas por aquéllos. En esta línea de reducción del
despilfarro y como un ejemplo de los cientos que hasta ayer se producían, las
tareas relacionadas con la informática y las nuevas tecnologías serán
encomendadas a esos miles de funcionarios que, poseyéndola como área funcional,
por culpa de la decidida y errónea apuesta por la externalización de los
gobiernos anteriores, tienen actualmente pocas o ninguna carga de trabajo.
10.
La formación
y capacitación de los empleados públicos de la Administración de la Junta de Andalucía
serán prioritarias en la nueva legislatura. Para ello se pondrán en marcha las
herramientas necesarias que permitan el acceso en modo de teleformación sin
excepciones ni agravios comparativos. Bastará solicitar un curso para tener
acceso a él, pudiéndose, como ya ocurre en alguna consejería, realizar más de
una actividad formativa al mismo tiempo. Igualmente, con la resolución de los
concursos de traslados se tendrá acceso a recibir “en línea” el apoyo y
formación necesarios para desarrollar las nuevas tareas asignadas. Se crearán
“equipos” organizados por materias que serán los responsables del contenido de
las actividades formativas que se impartan y también de resolver cuantas
cuestiones se planteen respecto de las nuevas tareas asignadas por cambio de
puesto del trabajo.
Todo apunta a que éstas
no serán las únicas medidas que se adopten por la señora Díaz si, finalmente,
es investida Presidenta de la Junta de Andalucía. Ha avanzado muchas más,
aunque bien es verdad que no se han podido recoger en este decálogo al precisar
de más tiempo para su desarrollo y puesta en marcha. Valgan dos ejemplos: el
primero, el sistema GIRO, y es que -según la presidenta en funciones- “adecuar
la actual normativa a dicho sistema” lleva mucho tiempo, motivo por el que
después ya se decidirá si se emplean más recursos en mejorarlo o se dan los
primeros pasos para inaugurar lo que sería “la segunda modernización”: el GIRO
2.0, que necesariamente tendrá en cuenta al ciudadano/administrado cuyas
necesidades son las que realmente hay que satisfacer. El segundo, las
potestades administrativas, y es que su propósito es acabar con la vorágine de
personal que sin ser personal funcionario de la Junta de Andalucía tiene acceso
a datos públicos cuya tramitación debiera corresponder tan sólo a quiénes
reúnan esa cualidad. Para ello tiene previsto recabar de forma urgente un
informe vinculante que será elaborado conjuntamente por la Dirección General de
Recursos Humanos y Función Pública y por la Intervención General de la Junta de
Andalucía.
A la vista de todo ello,
desde El Tercer Lado permanecemos tranquilos y esperanzados: si por fin la
cabeza (presidenta) funciona bien, es más fácil que las extremidades
(consejeros) hagan lo propio.
Para terminar, la duda
perenne: ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?
www.eltercerlado.com
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