El Tercer Lado en un clic

lunes, 11 de febrero de 2013

La perversión del lenguaje



Aprendimos en su día que son funcionarios de carrera los que, en virtud de nombramiento legal, están vinculados a una Administración Pública por una relación estatutaria regulada por el Derecho Administrativo para el desempeño de servicios profesionales retribuidos de carácter permanente.

Pero hete aquí que no todos piensan lo mismo. La perversión del lenguaje es el principal indicador de que esto se desploma:

Primero fueron los responsables políticos -de la Junta de Andalucía, de los partidos que, entonces y ahora, sostenían y sostienen al Gobierno, de los sindicatos de clase- los que, aprovechando el tótum revolútum de los Decretos -y la posterior Ley- de Reordenación del Sector Público de Andalucía, mimetizaron infamemente las diversas definiciones que del personal funcionario y laboral, y de sus relaciones funcionales, habían elaborado durante siglos las Leyes, la Jurisprudencia y la Doctrina.

Ha sido ahora el dirigente popular, Carlos Floriano, quien, dejando en pañales a los anteriores, se ha referido como un “funcionario del PP” al exmarido de la ministra de Sanidad, Jesús Sepúlveda, que sigue en la nómina del partido a pesar de su imputación en la trama Gürtel: “Tras su salida forzosa de la alcaldía del municipio madrileño reclamó su puesto en el partido y el PP se vio en la obligación de readmitirle en la plantilla porque tenía una excedencia tras haberse presentado a las elecciones y haber sido elegido alcalde de Pozuelo”. Es decir, “inamovible”, sin remoción posible y se queda tan pancho.

Claro que nada comparado con las afirmaciones del más conocido comunicador deportivo del siglo XX, José María García, que, degenerando, como apuntó Juan Belmonte, se refería a Raimundo Saporta (q.e.p.d.) como un “alto funcionario” del Real de Madrid.

Y es que el que no se consuela es porque no quiere.

P.S.-
Acabo de leer que “el funcionario” Jesús Sepúlveda acaba de ser despedido. ¡Mundo cruel! ¿Previo expediente?

Francisco Romero, presidente de la Asociación El Tercer Lado.

Las opiniones difundidas en este apartado son de la exclusiva responsabilidad de sus autores y no se corresponden necesariamente con las de "El Tercer Lado"

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