El Tercer Lado en un clic

lunes, 25 de octubre de 2010

La Administración perpendicular


Mucho se habla de la Administración paralela de la Junta de Andalucía. A ella se refieren en uno u otro sentido tribunales de justicia, oposición política y hasta la propia administración. Pero todos ellos parecen obviar lo que podríamos llamar la "administración perpendicular". Si por administración paralela entendemos aquellas formas administrativas: agencias, fundaciones, observatorios, patronatos y demás inventos, que vacían de contenido a la administración tradicional asumiendo sus competencias para desarrollarlas “en paralelo”, ¿qué es entonces la “administración perpendicular”? Pongamos un ejemplo.

La Oferta de Empleo Público de 2009, última vigente en la Junta de Andalucía, incluía para el Cuerpo de Auxiliares Técnicos especialidad Informática (C2.2002) un total de 5 plazas de funcionarios. Llamo la atención sobre este Cuerpo porque siendo Andalucía una comunidad donde se pregona la modernización y la apuesta por las nuevas tecnologías, este Cuerpo, sin duda, debería ser una prioridad. Para esa ingente cantidad de plazas fueron admitidas a examen 1580 solicitudes (es decir 316 aspirantes por plaza).

Estoy seguro que detrás de cada una de esas solicitudes hay una persona con una historia de largas horas de estudio, gastos en clases preparatorias, fotocopias o temarios, y como no, 10,50€ de tasas de examen por examinarse. Para ingresar como funcionarios esas personas deben realizar una fase de oposición (100 preguntas de un temario específico sobre la materia de su trabajo, desde hardware o seguridad informática hasta gestión de redes) para luego, sólo los aprobados, presentar sus méritos, su currículum (otras titulaciones, expediente académico, cursos de formación relacionados con el trabajo, experiencia laboral…) Todos aportarán sus méritos, sólo 5 obtendrán plaza. ¿Cuál es la esperanza, o más bien, la única alternativa para el resto? Una interinidad, sólo eso. Ese premio de consolación para funcionarios frustrados que, a pesar de demostrar sus conocimientos y de aportar sus valiosos méritos, se ahogan en la orilla de la oposición porque, como en casi todo en la vida, sólo los más rápidos, los más fuertes, los mejores sobreviven.

Pues bien, aquí aparece la administración perpendicular. Esa administración no tiene una forma jurídica diferente ni se llama de forma distinta. Es la propia administración. Una administración que, saltándose sus propias leyes, incumpliendo sus estrictas normas, niega el futuro a personas que han demostrado su mérito y capacidad, que han luchado en igualdad y que aún así se quedan sin trofeo en la exigente competición por una plaza de funcionarios. Y ahora también se les castiga sin el consuelo de la interinidad. ¿Saben cuántos opositores sin plaza ha llamado la Administración para trabajar como Auxiliares de Informática? Ninguno, como ellos mismos publican en su Web del Empleado Público.

La administración perpendicular sin embargo son esos contratados a dedo mediante concursos públicos ficticios donde la Administración conoce de antemano al adjudicatario y el resto de concursantes son meros figurantes ante la Intervención. La administración perpendicular son los autónomos que facturan con descaro cada mes a la administración por las tareas que deberían estar realizando funcionarios o interinos. La administración perpendicular son esas empresas que colocan a trabajadores suyos dentro de la administración para que actúen como pseudofuncionarios. ¿Cómo acceden a la administración? Sin examen, ni cuestionarios, sin pagar tasas ni tener méritos. Son amigos o hijos de, empleados de, afiliados de…que vagan campantes por nuestra Junta de Andalucía sin que les recorten ni el 5 ni el 10%. Ellos no sufren recortes, ellos facturan. No figuran en el Capítulo I. No salen en las estadísticas. Ni siquiera están en los listados de teléfonos. Por sus emails los conocerás. Son los .ext@juntadeandalucia.es.

Manuel Ruiz Fernández.

Las opiniones difundidas son de la exclusiva responsabilidad de sus autores

1 comentario:

  1. El acuerdo de integración alcanzado entre la Administración y los “sindicatos mayoritarios” es una gran derrota para el servicio público (ese que debe servir con objetividad los intereses generales). También para el ciudadano.
    La Administración Paralela se hizo "a tontas y a locas", sin más objetivo e interés que llenar puestos de trabajo con gente amiga (y agradecida). Por eso, en algunos departamentos o servicios, la mayoría comparten amistades o lugar de procedencia, un porcentaje inusual y "sorprendente". Sobre su ineficacia, los ejemplos son infinitos: departamentos sobredimensionados cuando tienen alguna función, teléfonos móviles a go-gó (estoy en un centro de trabajo en la que tres de cuatro están en manos de trabajadores de una antigua Empresa Pública). Esta Administración Paralela es cara e ineficiente (aún más que la Administración general) porque no guarda el necesario equilibrio funcional, orgánico u operativo.
    Lo que nos indigna a los empleados públicos es que, sin pruebas ni esfuerzo alguno, consigan derechos que a los demás nos ha costado tiempo, trabajo y dinero. La mayor parte de funcionarios y laborales (estos, en los últimos años deben superar un concurso-oposición para consolidar sus puestos) están decepcionados: la reducción de salarios no ha servido para levantar el país sino sólo para aumentar la plantilla y aminorar la escasas expectativas laborales.
    Para el ciudadano es una nueva tomadura de pelo, esta vez a costa de los "sindicatos de clase" que se permiten llamar "facistas" a quien no está de acuerdo con su mamoneo (conozco a trabajadores liberados que no han pisado su puesto de trabajo en 22 años).
    Con este acuerdo se disminuye el paro artificialmente, se encubre el déficit y disminuye la eficacia (hay un umbral, denominado de eficiencia, en el que al aumentar la mano de obra por encima de la producción esta disminuye por disfunciones).
    ¡En fin. Sigan votándolos (al partido y a los sindicatos) y ya verán las "virguerías" que hacen!

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