viernes, 23 de marzo de 2012

Carta de un funcionario al Director del Instituto de Estadística y Cartografía

A continuación se transcribe la carta que, con el ruego de su publicación y difusión, nos ha hecho llegar un funcionario del Instituto de Estadística y Cartografía de la Junta de Andalucía.


SR. IGNACIO POZUELO MEÑO

Director del Instituto de Estadística y

Cartografía de la Junta de Andalucía.

SEVILLA

Sevilla, 22 de marzo de 2012

Sr. Pozuelo:

Por una vez, y confío en que sea la última, me dirijo a usted pero esta vez, NO como Delegado Sindical del Sindicato con mayor representación funcionarial de la Junta de Andalucía (SAFJA). NI como representante electo de la Junta de Personal de los Servicios Centrales de la Junta de Andalucía. No. Esta vez me dirijo a usted como FUNCIONARIO de CARRERA destinado durante los últimos casi SIETE años en un Organismo que desde el pasado y fatídico 27 de abril del 2.010 pasó usted a dirigir.

Aunque la capacidad de sorpresa es cada vez menor para aquellos que peinamos canas, y estamos curtidos en mil batallas, no puedo dejar de reconocer que es este Organismo en los tiempos actuales, los suyos, y bajo las jerarquías que usted ha mantenido y reforzado desde su llegada hace casi dos años, ha sobrepasado los límites más insospechados.

Viene a colación este escrito (que distribuiré en los medios y lugares que estime más oportunos), ante la PERPLEJIDAD que me ha suscitado el haber sido requerida mi presencia, el miércoles pasado, en el despacho de un sorprendido Jefe de Servicio (a instancias de un Secretario General) por la existencia de una INCIDENCIA de SEGURIDAD. Pero NO se vaya a creer que han sido boicoteados los servidores de datos... La Incidencia por la que se me requiere afirma que “el pasado día 20 de marzo he sido observado manipulando sospechosamente un bolsón de papel triturado, saliendo posteriormente del edificio portando una bolsa de basura” (más o menos, Sr. Pozuelo. Que tampoco me han dejado ver la incidencia…).

Pero no es que haya sido observado, no. Es que he sido PERSEGUIDO, ya que la Sra. Vigilante, imagino que en cumplimiento estricto de las instrucciones recibidas, ha abandonado su puesto de trabajo a las 15:00 h. (hora de salida de la mayoría del personal) para investigar dónde iba yo (a la planta del comedor), y a qué (ya que al NO ser día de comidas en el comedor, según ella, no debe ser normal sacar una lata de las máquinas de bebida…. si soy yo el que la saca).

En definitiva, Sr. Pozuelo, describiendo mis pasos con todo lujo de detalles y concreciones. Esta vez no han sido suficientes las cámaras de vídeo ni los controles habituales.

Y digo yo, Sr. Pozuelo: Abandonar el puesto de trabajo de Vigilancia a las 15:00 h. con el trasiego de personas existente ¿Es cumplir con el Objeto del contrato de Vigilancia y Seguridad? ¿O acaso prima más, para su hipotética confianza y futura renovación, el ser fiel (o fiela, como dicen ustedes) a su amo, frente a la Seguridad de E/S del edificio?

Creo sinceramente que habría que redefinir las prioridades de esta persona de Vigilancia y Seguridad. Para esos menesteres tienen ustedes otro tipo de personal, me consta. Y yo, personalmente, me siento inseguro por tener “una vieja el visillo”, en vez de una profesional de la Seguridad.

Por otra parte, hace unos meses he presentado ante usted una denuncia por ACOSO en mi trabajo y en mis quehaceres sindicales y profesionales que fue (eso creen ustedes…) VENTILADA con un simple “No Procede” del jefe de servicio de turno. Según ustedes, en ningún momento he sido insultado ni vejado (únicos parámetros aplicables al caso, según lo visto). ¡Faltaría más! ¿Tampoco procede ahora la evidencia de la persecución a la que estoy siendo sometido? Menos mal que los Jueces, por lo general, no tienen las mismas opiniones que algunos de ustedes….

Porque, dígame Sr. Pozuelo: En este Organismo que usted dirige ¿SE DESTRUYEN Y TRITURAN DOCUMENTOS O NO SE DESTRUYEN Y TRITURAN DOCUMENTOS? La aparición sistemática de BOLSONES con papel triturado, cuando existen en todas las plantas contenedores de documentos para reciclaje, y sin que existan datos personales de especial relevancia ¿Es algo habitual en los tiempos que corren o es que se están triturando los Anuarios Estadísticos anteriores al 2.000?

¿Acaso Sr. Pozuelo, HE deteriorado, roto, hurtado o usado incorrectamente algún bien patrimonial que requiera un control y seguimiento a mi persona por parte de la UNICA integrante de Seguridad y Vigilancia del Edificio? ¿O se trata de lo que antes se llamaba una “persecución política”? Ni afirmo, ni niego: sólo pregunto.

Yo sé que usted tiene cosas más IMPORTANTES en las qué pensar de cara a ESTE FIN DE SEMANA (sin ir más lejos, La Fiesta de la Primavera con la que tanto disfruta…). Pero déjeme que le diga que sería MÁS QUE RECOMENDABLE (e incluso ÉTICO) que en vez de VIGILAR y ACOSAR a un funcionario (a través de órdenes presuntamente dadas por parte de personajillos venidos a más), por cierto, vigilancia y acoso a un funcionario Delegado Sindical por más señas, y cuyo único DELITO en ese momento es la EXTRAÑEZA POR LA CANTIDAD DE DOCUMENTACIÓN TRITURADA que se genera es el Instituto de Estadística (y Cartografía) en los últimos meses, usted se PREOCUPASE DE DIRIGIR un ORGANISMO bajo sospecha:

Un Organismo protagonista en QUEJAS ante el Defensor del Pueblo.

Protagonista por su presencia en los Juzgados de lo Contencioso/ Administrativo.

Protagonista en el ranking de la Junta de Andalucía de puestos de trabajo de Libre Designación por funcionario.

Protagonista de tejemanejes de todo tipo y catadura.

Protagonista en llevar a cabo Obras fraccionadas y sin Licencia.

Protagonista en el desprecio sistemático de los Principios de Igualdad, Mérito y Capacidad. Protagonista por la tramitación del elevado número de Contratos Menores, con empresas afines, en beneficio de no se sabe qué intereses.

Protagonista por permitirse la ocupación de un edificio que carece de LICENCIA DE OCUPACIÓN.

Protagonista por el desprecio a unos sindicatos (a los que se le niega una sala para proceder a la constitución de su delegación) frente a otros sindicatos que carecen de representación funcionarial y a los que se le concede el uso del mismísimo Salón de Actos, para alentar la Huelga General del 29M mediante el subterfugio de explicar la Reforma Laboral del PP.

Protagonista y experto de los Contratos-Puente para que sigan las mismas personas en los mismos puestos y quehaceres, sin entrar por la puerta de una Oposición.

Protagonista por contar con Tribunales de oposición recusables e impugnables.

Protagonista en la inclusión de Intrusos en los repartos de Productividad cuatrimestral.

Protagonista de los Contratos a medida con nombres y apellidos (ilustres, eso sí).

Protagonista por la deficiente e insuficiente justificación de los Fondos Europeos que financian sus actividades, y que chirrían ante la inspección de la Intervención General de la Junta de Andalucía.

Protagonista por los miles de euros pagados en concepto de Gratificaciones siempre a las mismas personas y siempre contratadas curiosamente como Interinas con cargo a Fondos Europeos.

Protagonista por el maquillaje sistemático de Proyectos e Iniciativas innovadoras, cuando se trata del consabido “más de lo mismo”.

Protagonista por la hospitalidad en el alojamiento, acogimiento y acomodación VIP de personas, la mayoría excedentes, que proceden de ésta u otras Administraciones y Entidades. Alguna incluso con la hospitalidad de aparcamiento que conlleva el puesto de libre designación.

En definitiva, Sr. Pozuelo, hubiera sido deseable que se preocupase por dirigir al Organismo para el que fue nombrado hace casi dos años y que, para su desgracia, tiene como uno de sus Objetivos la persecución y acoso a los FUNCIONARIOS que nos extrañamos de las cosas que pasan aquí, aunque la mayoría saben y sabemos quién las orquesta, quién las dirige y quién las ejecuta.

Porque del resto de temas…. ya doy por hecho que no se habrá enterado, por el poco tiempo que pasa entre nosotros.

Sr. Pozuelo: ¡Que usted y los suyos disfruten este Fin de Semana, con su Fiesta de la Primavera! (Le puedo asegurar que otros lo vamos a hacer con la nuestra).

Fdo.: Alfonso Calabuig González


Las opiniones difundidas son de la exclusiva responsabilidad de sus autores

miércoles, 14 de marzo de 2012

El Gobierno Andaluz se echa a la calle



Nueva reflexión de Max Estrella, cesante de hombre libre. El pasado lunes en Por Andalucía Libre, sobre la manifestación de los “paralelos”:
Veo en los papeles que el gobierno corrupto del PSOE celebró el sábado jornada de puertas abiertas en la administración paralela. Quiero decir que abrió las puertas del redil de las hediondas agencias (máscaras del régimen para dar a la corrupción apariencia de virtud) y pastoreó a sus rebaños por las calles de Sevilla. No piense el lector que ando errado; no, al menos, en esta cuestión. Quien realmente convocaba la manifestación era esa banda de ignorantes, a la que nos excedemos llamándola gobierno (si les llamo ignorantes es porque, según ellos mismos manifiestan, nunca se enteran de lo que ocurre en la institución que, supuestamente, dirigen; al menos, eso es lo que les dicen siempre a los jueces: “yo no sabía nada”; ignorantes, pues).
Ciertamente que, desde una perspectiva puramente formal, convocaban los sindicatos felones y canallas, pero, a estas alturas de la historia moderna ¿a quién se le escapa que esos dizque sindicatos son las marcas blancas del partido de la corrupción y el paro; que están ahí para hacer el trabajo sucio que sus amos no pueden hacer córam pópulo (y es obvio de toda obviedad que al decir amos no me refiero a los trabajadores, a quienes –supuestamente- deberían servir, sino a esa nueva plutocracia en que se ha convertido la oligarquía socialista, cuyo máximo exponente es también –no por casualidad- su máximo líder político y referente ético, me refiero al archimillonario Felipe Gónzalez).
Convocaban los sindicatos que tienen el mayor entramado empresarial del país dedicado a no producir nada –que ya es arte- pero que, además –y esto supera el mero artificio para elevarlo a la categoría de prodigio-, les genera unos beneficios multimillonarios, incluso en tiempos de crisis. No es de extrañar, por tanto, que sus jayanes gasten Rolex que cuestan lo que muchísimos trabajadores (si es que tienen trabajo) ganan en un año -¿no es verdad, Cándido?; o hagan cruceros lujosos, o vivan en lujosas viviendas obtenidas al amparo del fraude a sus propios compañeros y a los fondos públicos –no es así Toxo?. O frecuenten lujosos restaurantes cuyo menú cuesta más de lo que un trabajador medio gana en una semana. Es decir que, como mentecatos y pobres de espíritu, les gusta el lujo.
Convocaba el sindicato que urdió la mayor estafa inmobiliaria que ha conocido este país –PSV- y cuya reparación tuvimos que pagar todos nosotros, no los estafadores. Convocaba, también, ese otro que descubrió que era rentable –para su burocracia- ir al rebufo del sindicato del poder y convertirse en parásito de un parásito.
Convocaban, a la postre, unos sindicatos de trabajadores -piadosamente, llamémosles de esa manera- cuyos dirigentes o no han trabajado nunca ¿verdad, Méndez?, o hace ya tiempo que se jubilaron (con 50 años, no con 67, como habremos de jubilarnos muchos, gracias a una reforma socialista que no les agravió tanto, y de la que no hablan, pues no habrá de afectarles), ¿verdad, Toxo?
Pienso en todo esto y me digo que sólo en clave de farsa –o de esperpento- puede interpretarse este espectáculo. Como en los mejores tiempos del franquismo, el régimen saca sus huestes a la calle para hacer apología de su gobierno. Leo en sus pancartas: “sí a la reordenación del sector público”, con ello se retratan, pues sólo en los regímenes populistas y totalitarios la acción del gobierno es enaltecida por las masas en la calle. Estos y aquellos son una misma cosa; en el fondo lo que pretenden es dotar de legitimidad a algo que a estas alturas está absolutamente deslegitimado; a una acción de gobierno que hasta los tribunales han calificado como realizada con absoluto desprecio del estado de derecho. Estos son los herederos del franquismo, y, como los niños, hacen lo que han visto en su casa. Imagino (y si no es así que alguien me saque del error) que el sábado esos que no se saben enchufados vinieron al Pardo de Griñán (me refiero al palacio, no a la oscura condición del gerifalte) del mismo modo en que los franquistas acudían ante el Caudillo: a gastos pagados, bocadillo y veinte duros de viático. Dinero que sin duda -en tanto que “defensores de lo público”- habrá salido de nuestros bolsillos; como el que Invercaria daba a ciertos destacados socialistas, del programa al que tenían la desvergüenza de llamar “Fondos Propios”, ¿no iban, pues, a quedárselo?
Entre todos ellos –socialistas y sus lacayos sindicalistas, parientes por consanguinidad y afinidad, y otros vínculos de más difícil y comprometida denominación, correligionarios, beneficiados y paniaguados- hay, sin embargo, algunos a los que de ninguna manera me gustaría ofender (y no es que pretenda ofender a nadie, desde luego, pero me importa poco que esos otros puedan sentirse ofendidos por lo que considero mera descripción de la realidad, según yo la percibo, como es obvio; en todo caso, no es mi intención ofender).
Me refiero a aquéllos a los que la Fortuna (esa loca borracha que da a los delitos lo que debe a los méritos, y los premios de la virtud al vicio, según Quevedo) dio un puesto de trabajo porque ese día, para ese trabajo, no había ningún “pariente, amigo, correligionario o recomendado” al que ofrecérselo. No sé si son conscientes de ello, no están ahí por méritos. El gobierno socialista no es amigo del mérito, lo ha dicho una de sus diputadas, esa chica de las 25 matrículas en la carrera, que ha tardado tanto en darse cuenta, como lo dijo antes, en Luces de Bohemia, un sepulturero con menos matrículas pero con más sabiduría.
Yo comprendo a esos beneficiados de la fortuna, pero creo que deberían ser conscientes de que están contaminados de bastardía por la corrupción del sistema que los ha cobijado y eso, tal vez, no pueden evitarlo, pues no está en sus manos. Lo que sí pueden evitar, pues depende exclusivamente de su voluntad, es unir su suerte a la de todos aquellos que conscientemente fueron beneficiarios de un expolio –de 25.000 puestos de trabajo, propiedad de todos los andaluces, entre ellos 1.200.000 desempleados- y cómplices o colaboradores necesarios de una operación antidemocrática –la gestación de una administración paralela, huida del derecho-. A estos nada tengo que decirles, aparte de que dejen lo usurpado y devuelvan el botín. A aquéllos que se dignifiquen y sean capaces de reconocer que esos puestos que ocupan, y que no deben al nepotismo, mas tampoco a la ley, han de ser puestos en almoneda: al mejor postor de méritos, en pública concurrencia, en condiciones de igualdad, como prescribe la ley. Si no lo hacen así, nada los diferenciará de aquellos otros que han sido cogidos con las manos en la masa, y que obscenamente se resisten a devolver lo que han robado a todos los andaluces.
Yo confío en aquellos que son íntegros, el día de mañana puede que algunos sean compañeros nuestros y se alegrarán, entonces, de poder mirarnos a la cara.

jueves, 8 de marzo de 2012

Di algo de izquierda



La izquierda ya no dice cosas de izquierda y demasiados socialistas no tienen comportamientos socialistas
Raffaele Simone es un lingüista que lleva 40 años agitando la conciencia crítica de la izquierda italiana. El otro día aparecía en la contraportada de este periódico en un artículo donde se relataba la secuencia de una película de Nanni Moretti llamada Abril. En ella se veía al entonces primer ministro Berlusconi en un debate televisivo con el líder de la oposición Massimo d´Alema. El protagonista, viendo como transcurría el debate, le espeta a d´Alema a través del televisor: "Dile algo de izquierda".
Hace unos meses, en mitad de una larga conversación con un dirigente de izquierdas, le pregunté: ¿Qué le pasa al Partido Socialista? Y me contestó: "Te voy a dar una larga explicación, pero antes una respuesta rápida". Y dijo: "Al Partido Socialista le hacen falta socialistas". Demasiadas veces las cuestiones más difíciles tienen respuestas sencillas. Y la melancolía de la izquierda en España, también en la mayoría de los países de Europa, tiene un origen relativamente fácil: la izquierda ya no dice cosas de izquierda y demasiados socialistas no tienen comportamientos socialistas.
Rajoy ha iniciado su mandato haciendo una reforma del mercado de trabajo profundamente neoliberal y unas reformas en lo social tremendamente conservadoras. Eso no le ha impedido acometer varias medidas que tendría que haber hecho el Gobierno de Zapatero. Lo de intentar alcanzar un acuerdo con los bancos para resolver el drama de las familias que se quedan sin casa por no pagar la hipoteca, pero tienen que seguir pagando el préstamo. O el de poner un tope a los salarios e indemnizaciones de los banqueros cuyas entidades han recibido ayudas públicas. Se podría reprochar a Rajoy que ni el proyecto de la dación en pago ni los recortes de sueldos son suficientes. Pero resulta más reprochable todavía que un gobierno socialista no tomara medida alguna. Nadie le dijo, al parecer, a Zapatero: "Di algo de izquierda".
El caso de los ERE fraudulentos en Andalucía es choricero y queda aún por saber cuál es su verdadera dimensión. De lo que no existe duda alguna es que fueron nueve años los que el director general de Trabajo manejó a su antojo millones de euros destinados a empresas en crisis. Y que, durante ese largo período de tiempo, tuvo jefes que, en el mejor de los casos, ni descubrieron ni sospecharon sobre la vergonzante utilización que hacía de ese dinero público. Por eso, resulta un bochorno que nadie, a estas alturas de la investigación, haya decidido dimitir de sus cargos motu proprio, lo que hubiera sido imprescindible en cualquier dirigente. Más en un dirigente socialista que hace de ciertos valores su etiqueta ideológica.
La izquierda en Europa lleva una década preguntándose por el futuro de la izquierda en Europa. Y no deja de ser curioso que las respuestas que no han tenido ni los dirigentes progresistas europeos ni los grandes intelectuales, las tuvieran hace ahora casi un año miles de jóvenes acampados en plazas públicas reclamando una regeneración democrática que está aún por llegar. La crisis económica mantiene las arcas públicas exhaustas, por lo que va a empezar una campaña electoral donde lo importante no será conocer los proyectos y las promesas de los partidos para Andalucía, sino saber dónde van a meter las tijeras en un Estado de bienestar que empieza a desmoronarse. Y, también, qué nos proponen para cambiar un sistema que precisa de un reseteo: listas abiertas, una pulcra administración del dinero público, una vuelta a la ética y a la estética, acabar con la confusión entre lo público y lo privado, o entre partidos e instituciones. Pero, sobre todo, una respuesta contundente ante cualquier atisbo de corrupción, ya sea por acción u omisión. O sea, cuatro ideas de izquierda y un mínimo comportamiento ético. Una de las banderas de cualquier política progresista.